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El síndrome de Diógenes es un desorden comportamental que se distingue por la acumulación excesiva de artículos y basura, un grave descuido de la higiene personal y del hogar, y el aislamiento social. Aquellas personas que lo padecen acumulan desde objetos inútiles hasta residuos orgánicos, creando un entorno peligroso y poco saludable.
Repercusiones del Síndrome de Diógenes
Salud Física: Plagas, infecciones, y riesgo de incendios.
Salud Mental: Aislamiento, estrés y ansiedad.
Entorno Social: Conflictos de convivencia, quejas vecinales, y posible intervención de servicios sociales.
Síndrome de Diógenes. A propósito de un caso
Diogenes syndrome. A case report
Eulalia Carrato Vaza, Rosana Martínez Amorósb
aPsiquiatra Unidad de Salud Mental de Novelda (Alicante).
bPsicóloga Clínica Unidad de Salud Mental de Novelda (Alicante)
RESUMEN
El síndrome de Diógenes constituye un fascinante objeto de estudio para los clínicos que se ha descrito fundamentalmente en ancianos y que está caracterizado por abandono extremo del auto-cuidado, acumulación de basuras y objetos inservibles, autonegligencia, marcado aislamiento social y nula conciencia de enfermedad. Hasta el momento la investigación en este campo es escasa, incluso llegándose a cuestionar la validez del diagnóstico. Entre un tercio y la mitad cursan con demencias (habitualmente se asocia a alteraciones frontales en las demencias frontotemporales) o de algún tipo de trastorno mental (más frecuentemente esquizofrenia, trastorno de personalidad, trastorno afectivo o alcoholismo) . A continuación se describe un caso clínico de un Síndrome de Diógenes, que resulta especialmente interesante por que se dan las condiciones extremas de autoabandono de este síndrome en una persona joven, que presenta una dependencia a la cocaína sobre una patología caracterial compatible con un Trastorno Mixto de la Personalidad.
Palabras clave: Síndrome de Diógenes, caso clínico, dependencia de cocaína, trastorno de la personalidad, diagnóstico, tratamiento.
Conceptualización del síndrome de Diógenes
El síndrome de Diógenes constituye un fascinante objeto de estudio para los clínicos cuyas primeras descripciones en la literatura científica son muy recientes, y datan de 1966 y 1975 (1) . Se ha descrito fundamentalmente en ancianos, aunque existen algunos casos en la literatura en personas más jóvenes (2) .
Describe un patrón de conducta caracterizado fundamentalmente por un extremo abandono del autocuidado, tanto la higiene como la alimentación y la salud (viviendo en condiciones higiénicas insalubres) , acumulación de basuras y objetos inservibles, autonegligencia, marcado aislamiento social y sin conciencia de enfermedad. También se han descrito casos en los que no aparece la conducta de acumulación, por lo que podría ser éste un síntoma frecuentemente asociado al Síndrome de Diógenes pero no fundamental (3) .
Hasta el momento la investigación en este campo es escasa, e incluso se ha llegado a cuestionar la validez de este diagnóstico. De hecho, no está reconocido en los manuales diagnósticos internacionales y puede aparecer en distintas enfermedades psiquiátricas y neurológicas (4) .
Se han descrito dos tipos de Síndrome de Diógenes según su comportamiento respecto a la acumulación de objetos: el tipo Activo o recolector de objetos que acumula en su domicilio y el tipo Pasivo que, pasivamente, se deja invadir por el acumulo de sus propias basuras (1) .
Existen autores que denominan al tipo Activo Síndrome de Acumulación y describe a personas que suelen acumular objetos inservibles por si acaso los llegan a necesitar en un futuro, pero no acumulan basura ni heces. Tratan de mantener estas cosas en orden pero cuando el volumen de objetos es muy grande, el desorden se apodera de la vivienda y sin querer comienzan a acumular basura.
A diferencia del síndrome de Diógenes, los que padecen de acumulación compulsiva no descuidan su higiene personal ni su aspecto, por lo que cuando salen a la calle no llaman mucho la atención, solo son percibidos como personas poco sociables.
En algunos casos la acumulación compulsiva puede terminar en síndrome de Diógenes cuando la vivienda está atestada de objetos, se comienza a acumular la basura, y la persona comienza a descuidar su higiene personal (10) .
En España, se calcula una prevalencia de 1,7/1000 de los ingresos en personas mayores de 65 años y una incidencia de unos 1200 nuevos ingresos/año. La mayor parte de los casos descritos se refieren a personas ancianas (promedio 75 años) .
Entre un tercio y la mitad cursan con demencias (habitualmente se asocia a alteraciones frontales en las demencias frontotemporales) o de algún tipo de trastorno mental (más frecuentemente esquizofrenia, trastorno de personalidad, trastorno afectivo o alcoholismo) no siendo posible verificar la existencia de otros diagnósticos psiquiátricos en el resto de casos (5) .
Algunas hipótesis sugieren que el Síndrome de Diógenes supondría el estadío final de un trastorno de la personalidad (Post, 1982) . En estos casos la personalidad premórbida estaría caracterizada por una actitud distante, desconfiada, autoritaria, independiente, astuta y con escasa integración social. Cabe señalar que algunos de estos rasgos se incluyen dentro de los criterios para el diagnóstico del trastorno esquizoide o paranoide de la personalidad (6) .
Se ha relacionado el Trastorno Obsesivo-Compulsivo (TOC) con algunas conductas de atesoramiento de estos pacientes. Según Clark (1975) en la base del desarrollo de un Síndrome de Diógenes aparecería la interacción de unos factores de personalidad (que incluirían los rasgos descritos anteriormente) con cambios físicos o sociales significativos que estarían relacionados con la aparición de síntomas de deterioro cognitivo (6) .
El abuso de alcohol también aparece frecuentemente asociado a este desorden, tanto exacerbando su manifestación como actuando como precipitante (1) .
¿Pero estamos hablando de patologías comórbidas o de factores etiológicos? Los estudios más recientes sugieren que existe una estrecha relación entre el síndrome de Diógenes y disfunciones en el lóbulo frontal, y es en esta asociación donde debe centrarse la futura investigación (7) .
El tratamiento es complejo y requiere de una intervención multidisciplinaria. Los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina y los antipsicóticos pueden ser útiles en el tratamiento dependiendo de la etiología subyacente (8) . Las cogniciones y emociones distorsionadas concomitantes a las peculiares conductas de atesoramiento responden a la terapia cognitivo-conductual (9) . En la mayoría de casos suelen ser necesarias la adopción de medidas de tipo social.
En definitiva, constituye un desorden en el que predomina la autonegligencia y las conductas de atesoramiento en condiciones miserables, principalmente descrito en ancianos. La presencia del mismo en ausencia de un trastorno mental definido, vendría a representar la versión más genuina del síndrome de Diógenes, mayoritariamente en el contexto de una personalidad compatible con algún Trastorno de la Personalidad del clúster A.
A continuación se describe un caso clínico de un Síndrome de Diógenes, que resulta especialmente interesante por lo particular del mismo, dado que se dan las condiciones extremas de autoabandono de este síndrome en una persona joven, que presenta una dependencia a la cocaína sobre una patología caracterial compatible con un Trastorno Mixto de la Personalidad.
Caso clínico
Varón de 22 años que se inicia en el consumo de cocaína hace 3 años con fines lúdicos desarrollando rápidamente una dependencia que ha deteriorado todas las áreas de su vida especialmente los hábitos de autocuidado. Tres meses antes a su contacto con la Unidad de Salud Mental, y debido a las denuncias por parte de sus vecinos por mal olor se descubre que está viviendo en un piso donde ha ido acumulando toneladas de basura (la basura llegaba a 1 m. de altura) .
Hace autocrítica de este hecho y lo atribuye al consumo de tóxicos. Durante el periodo de consumo ha gastado mucho dinero en el móvil, en el chat para hablar con gente evitando el contacto físico directo. Trabaja en una empresa familiar de mármol (donde desempeña un puesto de responsabilidad y autoridad) no observándose durante todo este tiempo disminución en su rendimiento laboral, únicamente muestras de descuido de la higiene personal, creciente aislamiento social y familiar y comportamiento suspicaz y hermético, no permitiendo a su familia acceder a su vivienda. Tras el desalojo está viviendo con sus abuelos paternos.
Respecto a la historia de consumo, según refiere, ha estado consumiendo en los últimos 2 años entre 3 y 4 gr. de cocaína al día, necesitando traficar para financiarse el consumo. Refiere buscar en el consumo tranquilidad y sociabilidad. En el contexto de consumo ha presentado conductas heteroagresivas.
Procede de una familia de estatus socioeconómico alto. Es el mayor de dos hermanos, sus padres se separaron cuando Fernando contaba con 14 años, estando su infancia caracterizada por las muestras de rechazo y humillaciones por parte de la madre, siendo el padre al parecer un padre ausente. Tras la separación matrimonial ambos hijos pasan a convivir con el padre, existiendo una relación más estrecha entre el padre y hermano menor.
Presenta en la actualidad un intenso sentimiento de rencor y desagravio hacia su madre y, especialmente hacia su padre por no haberlo protegido o compensado por los ataques maternos. En una ocasión llegó incluso a amenazarlo con un cuchillo.
Durante su etapa escolar Fernando presenta dificultades de integración social por las que es tratado por un psicólogo infantil.
Su funcionamiento premórbido en el área social ha estado caracterizado por la suspicacia y desconfianza. Refiere que no le gusta el contacto físico y emocional, y se siente agobiado e invadido por otros fácilmente, tanto con personas conocidas como desconocidas. Ha tenido una relación sentimental durante un año y medio antes de iniciarse en el consumo. Refiere que en su relación de pareja era dominante, frío y agredía verbalmente a su pareja. Hace crítica de esa actitud.
Exploración psicopatológica
- Actitud, apariencia, conducta: Actitud colaboradora, aporta información profusa en detalles sobre el consumo y tráfico, actitud suspicaz respecto a que esta información pueda trascender a sus familiares, actitud de resistencia a hablar sobre la acumulación de basuras. Buena apariencia, aspecto cuidado y limpio.
- Curso y contenido del pensamiento: No trastornos formales del curso del pensamiento. Conciencia de enfermedad parcial. Sensación de incontrolabilidad. Ideación heteroagresiva frecuente. No ideación delirante. No ideas de muerte ni ideación autolítica. Suspicacia, desconfianza, rigidez. Autorreferencialidad
- Esfera sensoperceptiva: En el contexto de consumo ha presentado alucinaciones auditivas y visuales. En la actualidad presenta ilusiones visuales y en alguna ocasión auditivas de las que hace crítica
- Lenguaje: Lenguaje logorreico
- Emoción y conducta: Indiferencia afectiva, frialdad, aislamiento social, conductas de autonegligencia y abandono extremo de hábitos de autocuidado
- Control impulsos: Déficit en control impulsos, mal manejo ira, abuso y dependencia tóxicos, gasto dinero, manejo móvil. Explosivo y agresivo.
Análisis del Perfil de Personalidad obtenido con el Inventario Clínico Multiaxial de Millon-II (MCMI-II)
Este inventario clínico de Personalidad permite la evaluación clínica y psicopatológica diferenciando las características más duraderas de la personalidad patológica de los pacientes (eje II del DSM-IV-TR) , de los trastornos clínicos agudos, de intensidad moderada o severa (eje I del DSM-IV-TR) . Este instrumento se adapta al sistema oficial de clasificación de las enfermedades mentales (CIE-10 y DSM-IV-TR) .
El paciente presenta un perfil clínico y de personalidad desajustado, con elevadas puntuaciones que, indican la presencia de patologías moderadas y graves tanto clínicas como caracteriales.
Con respecto al Eje I, tiene puntuaciones elevadas únicamente en los trastornos clínicos agudos de intensidad moderada, en concreto, en abuso de drogas.
Respecto a su patrón básico de personalidad el patrón dominante es el esquizotípico, con características secundarias paranoides. Se trataría de una persona que presentaría un aislamiento social más o menos pronunciado y un concepto de la relación con los demás como algo intrínsecamente peligroso, de modo que la desconfianza vigilante respecto de los demás puede ser frecuente.
El patrón de personalidad esquizotípico puro evita la relación con el entorno, pero cuando presenta un componente paranoide nos indicaría que para compensar la baja autoestima proveniente de su autoconcepto de singularidad en lugar de menospreciarse se enfrentaría con el entorno porque proyectan esos sentimientos en los otros, son ellos los que atacan y se burlan. Todo lo anterior es compatible con las elevadas puntuaciones en las escalas fóbica, esquizoide, antisocial y pasivo/ agresiva.
Diagnóstico
La clínica parece compatible con un Trastorno por Dependencia a la Cocaína en el Eje I sobre un Trastorno Mixto de la Personalidad en el Eje II, Esquizotípico y Paranoide.
Se muestra muy temeroso de los demás, no como un evitador, sino más bien, al estilo paranoide de pensar que los demás le pueden hacer daño. Oscila entre las reacciones paranoides de "contestar" las supuestas agresiones de los otros a "esconderse" y vivir en un mundo más distorsionado, con ideas de referencia, comportamiento excéntrico etc. Oscila también entre la baja autoestima y una necesidad afectiva relativa, al mismo tiempo que, de manera ambivalente, tiene profundo rencor hacia las personas.
Objetivos terapéuticos y evolución
El abordaje del caso se ha realizado desde una perspectiva multidisciplinar con los siguientes objetivos terapéuticos: abstinencia tóxicos, fomentar hábitos de autocuidado, combatir suspicacia, disminuir impulsividad, disminuir agresividad, promover la vinculación afectiva y la empatía, evitar reacciones vengativas, fomentar una autoestima incondicional del entorno.
En cuanto al tratamiento psicofarmacológico se han utilizado estabilizadores del estado de ánimo y antipsicóticos. La evolución ha sido favorable, consiguiendo mantener la abstinencia del consumo de cocaína, reducir la impulsividad y consolidar la alianza terapéutica. Sin embargo, a los 4 meses de tratamiento y seguimiento abandonó el mismo.
Conclusiones
Las publicaciones actuales recogen normalmente un solo caso de Síndrome de Diógenes (o un número muy reducido de ellos) , generalmente referidos a personas ancianas, en los que en muchas ocasiones se confunden las características de este síndrome de Diógenes con conductas de autonegligencia o autoabandono.
Son poco frecuentes en la literatura científica las descripciones y/o estudios de Síndromes de Diógenes en personas jóvenes asociados a diagnósticos de trastornos de personalidad, otros trastornos mentales o abuso o dependencia de tóxicos.
Por tanto, es necesario el estudio más riguroso de los casos de, en cuanto a prevalencia, incidencia, mortalidad y comorbilidad con otros trastornos psiquiátricos y somáticos.
Bienvenidos una vez más, queridos amantes del misterio, el terror y lo oculto a mi pequeño rinconcito de Internet. Esta semana por fin ha salido el tema de personajes interesantes y nada podría hacerme más feliz. ¿Por qué? Pues porque hace mucho que quería hablar de los hermanos Collyer, un par de excéntricos que causaron sensación en Manhattan a principios del siglo XX por su comportamiento extraño y antisocial, que sufrieron un triste y deslustrado final. Coged vuestros equipos de excavación, linternas y picos porque vamos a inspeccionar la azarosa vida de los hermanos Collyer. Homer Lusk Collyer y su hermano Langley Collyer nacieron a finales del s.XIX, hijos del Doctor Herman L. Collyer y su mujer Susie Gage Frost, en Manhattan, Nueva York. Él era ginecólogo y ella era cantante de ópera. Además, Herman y Susie eran primos así que ¿qué podía salir mal? Muchas cosas. Digamos que los hermanos Collyer ya tenían algo de desventaja antes de nacer por eso de compartir demasiados apellidos (que oye, si vosotros salís con vuestros primos, que sepáis que no juzgo), aunque en apariencia esto no les había afectado en temas de salud, y de que su padre era un excéntrico y todo se hereda. ¿Qué a qué me refiero con excéntrico? Pues a que era raro de cojones. Herman trabajaba en un hospital en la actual isla Roosevelt y para ir allí, en vez de coger el ferry, o el puente colgante o lo que quiera Dios que hubiese para pasar de un lado a otro, se cruzaba todas las mañanas media ciudad con una canoa al hombro. Con el tiempo Herman comenzó a vivir separado de su mujer e hijos, pero era demasiado tarde. La rareza se había pegado y ellos nunca olvidarían las costumbres náuticas de su padre, entre otras cosas. Con el tiempo, los chavales crecieron. Homer se graduó en derecho y Langley se consideraba a sí mismo una especie de inventor. Como todos sabemos, la gente que se considera inventor no suele ser en absoluto extraña. Y para ser sinceros, al principio nada apuntaba que fuesen personas peculiares. Sus padres habían muerto en los años veinte, pero este suceso no parecía haberles afectado de una forma trágica, ni nada parecido. Hacían una vida bastante normal, participando en las actividades del barrio, yendo al trabajo… Lo típico, vaya. Lo que realmente hizo que todo se fuese bastante al cagarro fue la enfermedad visual de Homer. En 1933, Homer perdió la vista por culpa de una hermorragia en la parte trasera de sus ojos (disculpad mi desconocimiento de la jerga médica) y comenzó a recluirse en su casa. Langley, que siempre había adorado a su hermano dejó su trabajo de afinador de pianos y se quedó para cuidarle. Vale, es una putada quedarte ciego a principios del siglo XX. Ni la sociedad estaba tan concienciada como ahora con las discapacidades, ni existían los cuidados médicos de hoy en día. Pero tampoco es como si fueran unos muertos de hambre. De hecho vivían en una especie de mansionzuela, prácticamente un bloque entero de pisos para ellos solos. Y diréis, Sheila, “tú odias salir a la calle, no nos seas hipócrita”. Eh, eh, vale. Tenéis razón: odio salir a la calle. ¿Pero sabéis qué? Aun así salgo y mi casa no es un vertedero. Pero me estoy adelantando a los acontecimientos. El caso es que Homer se recluyó por su falta de vista y Langley se quedó para cuidarlo. Langley era un hermano dedicado. Le leía a su hermano libros para que no se aburriera, se ocupaba de sus necesidades básicas y estaba estudiando la forma de curarle. Comenzó a acumular periódicos para que Homer pudiese leerlos cuando recuperase la vista. Pero nunca la recuperó y ambos fueron saliendo a la calle cada vez menos y menos hasta convertirse en una especie de mito urbano entre sus vecinos. Estos decían que los hermanos Collyer vivían entre lujos, riquezas y tesoros de mataporculo y no era raro que los adolescentes intentasen colarse dentro de la mansión para ver qué narices había dentro. Una periodista un tanto garrula no ayudó en absoluto, al publicar un artículo diciendo que estaban forrados y esas cosas. Este clima enrarecido y el aumento de la inmigración en el barrio (que antes había sido de clase bastante alta, por si no os había quedado claro), hicieron que a Langley no le gustase salir ni a por el pan. Después de que unos críos le rompieran la ventana a pedradas, directamente pasó a salir a comprar solo por la noche, cruzando de punta a punta la ciudad para poder comprar a esas intempestivas horas. Un poco como su padre con la bendita canoa. Ah, y también tapió todas las puertas y ventanas de su casa, además de llenar toda su casa de trampas mortales. Casi se me olvida. Langley estaba convencido de que cualquier día entrarían a robar sus preciadas posesiones y convirtió la casa en un auténtico laberinto. ¿Cómo? Pues resulta que sus preciadas posesiones eran, en realidad, un montón de basura, literalmente. Los hermanos muy probablemente padecían de trastorno de acumulación compulsiva. Las personas que padecen esta enfermedad se sienten incapaces de tirar nada (por muy usado o deteriorado que esté) y van acumulando más y más objetos hasta que sus casas se convierten en intransitables. E intransitable era la mansión de los Collyer. Como ya he dicho, Langley había construido un auténtico laberinto con todas las cosas que habían ido acumulando, dejando entre medias unos pequeños espacios a modo de nido, en los que se podía medio vivir. Además todo el recorrido estaba lleno de trampas diseñadas para matar. Alrededor de 1939, les cortaron la luz, el gas y el teléfono debido a impagos, pero a los hermanos no les importó. Llevaban casi once años sin usarlos y no, esto no era lo normal para alguien de clase alta en la época. Un par de años después el banco intentó embargarles la casa, una vez más por impago. Langley salió y les soltó en la cara los 6.700 $ que les faltaban por pagar. Eso era un pastizal para la época. Hay que decir que este momento me parece grandioso. Imaginaos que os vienen a embargar, salís con toda la pasta y se la tiráis a la cara a los del banco en plan “dejadme en paz”. Pero claro, todas estas movidas hicieron que los agentes de la ley se preocupasen. Hacía mucho que no se veía a Homer… Bueno a ninguno de los dos se les veía mucho, pero a Homer en concreto, menos. Y claro estaban preocupados porque igual había muerto o yo qué sé. Un sargento fue a comprobar que estaba bien y, para sorpresa de todos, Langley le dejó pasar y le guio a través del mierdilaberinto durante casi media horaza. Homer estaba bien, pero un tanto hasta los huevos de que se metieran en su vida. Los problemas económicos volvieron pronto. Hacienda se metió en el ajo por impago de impuestos (porque nadie podía ni quería dejar vivir a estos dos en paz) y puso la casa a nombre del estado. Pusieron el edificio en subasta, pero nadie lo quiso porque estaba hecho una mierda. Es lo que tiene no cuidar tu casa y llenarla de basura durante decenios. Poco después tuvieron que ir a juicio por que la ciudad quería unas tierras que ellos poseían para hacer calles y esas cosas típicas de las ciudades. Langley apareció en el juicio vestido con ropa de hacía treinta años, como si no supiese que había pasado el tiempo, y al final les quitaron los terruños por cuatro perras. Esta fue la última vez que se vio a alguno de los dos con vida. En 1947 alguien llamó a la policía diciendo que la casa olía a muerto. Literalmente. La policía fue a investigar y esta vez no se contentaron con llamar a la puerta sino que empezaron a echar la puerta abajo con barras de acero, hachas y demás parafernalia. Pronto se dieron cuenta de que no tenían mucho que hacer ante la montaña de cosas acumulada e intentaron acceder por el tejado y por ventanas de los pisos superiores. Tardaron horas en acceder pero cuando por fin lo consiguieron, entraron y, efectivamente, encontraron un cadáver… el de un ladrón que se había quedado atrapado en las trampas de Langley. Por desgracia, también encontraron a los hermanos muertos. Langley, había muerto atrapado en una de sus propias trampas, aplastado bajo multitud de cosas, intentando llegar desesperadamente a donde estaba su hermano, al que siempre había querido con locura. A tan solo unos metros de distancia, pero separados por muros y muros de objetos y basura, estaba Homer. Homer había muerto después que su hermano, sentado en un sillón, ciego, solo, por hambre y deshidratación. Solo Dios sabe cuánto tiempo tuvo que estar escuchando los estertores de su hermano, sabiendo que necesitaba ayuda, pero sin poder hacer nada… Como curiosidad, la policía tardó más de tres semanas en desmontar el laberinto y limpiar el edificio y sacaron más de 103 toneladas de basura. Entre los objetos había multitud de periódicos viejos, libros, colecciones de cuadros y estatuas, un coche desmontado, estatuas, latas, colecciones de medicina de Herman Collyer, carritos de bebés e infinidad de curiosidades. Los hermanos se han convertido en todo un mito con el tiempo y se discute si eran personas enfermas o gente que quería vivir a su modo, pero que se vio forzada a recluirse ante las presiones de la sociedad para obligarles a aceptar un modo de vida que ellos no querían. El edificio en el que vivían fue derruido y a día de hoy en su lugar hay un pequeño parque conmemorativo. Aquí Sheila, reportando para todos vosotros las historias más increíbles, los fenómenos más extraños y las cosas que nadie quiere que sepáis.LA EXTRAÑA VIDA DE LOS HERMANOS COLLYER
La gente no suele buscar tratamiento para el trastorno de acumulación compulsiva, sino para otros problemas, como la depresión, la ansiedad o los problemas de pareja. Para diagnosticar este trastorno, lo mejor es acudir a un proveedor de atención para la salud mental experto en el diagnóstico y tratamiento de esta afección. Te harán un examen de salud mental que incluirá preguntas sobre tu bienestar emocional. Probablemente te preguntarán sobre tus creencias y comportamientos relacionados con la acumulación de objetos y sobre la repercusión que el desorden puede tener en tu calidad de vida.
El proveedor de atención para la salud mental puede pedirte permiso para hablar con familiares y amigos. Suelen ser útiles las fotos y los videos de tus espacios habitables y las áreas donde guardas los objetos que generan el desorden. También es posible que te hagan preguntas para averiguar si tienes síntomas de otras afecciones de salud mental.
El tratamiento del trastorno de acumulación compulsiva puede ser difícil pero eficaz si sigues esforzándote para aprender nuevas habilidades. Algunas personas no reconocen la repercusión negativa que tiene la acumulación compulsiva en sus vidas o creen que no necesitan tratamiento. Esto se aplica en especial si las pertenencias o las animales les brindan bienestar. Si les quitan esas posesiones o animales, suelen reaccionar con frustración e ira. Es posible que quieran recolectar rápidamente más objetos para satisfacer sus necesidades emocionales.
El principal tratamiento del trastorno de acumulación compulsiva es la terapia cognitivo conductual, un enfoque terapéutico basado en las habilidades. Aprendes a controlar mejor las creencias y los comportamientos vinculados al desorden. El proveedor de atención médica también puede recetarte medicamentos, sobre todo si tienes ansiedad o depresión junto con el trastorno de acumulación compulsiva.
La terapia cognitivo conductual es el principal tratamiento para el trastorno de acumulación compulsiva. Trata de encontrar un terapeuta u otro proveedor de atención para la salud mental que tenga experiencia en el tratamiento del trastorno de acumulación compulsiva.
Como parte de la terapia cognitivo conductual, puedes hacer lo siguiente:
El tratamiento a menudo implica la ayuda regular de familiares, amigos y agencias para deshacerse del desorden. Suele suceder a personas mayores o que tienen una enfermedad, por lo que es difícil hacer el esfuerzo y tener ganas de hacer cambios.
Para los niños con trastorno de acumulación compulsiva, es importante que los padres participen en el tratamiento. Algunos padres pueden creer que permitirle a su hijo obtener y guardar una cantidad innumerable de cosas podría ayudar a disminuir el nivel de ansiedad del niño y evitar peleas familiares. A veces, esto se llama "adaptación familiar", pero, en realidad, puede producir el efecto contrario y reforzar la tendencia del niño a obtener y guardar cosas.
Además de la terapia para el niño, puede resultarles útil a los padres buscar asesoramiento profesional sobre cómo responder y ayudar a manejar la conducta de acumulación compulsiva de su hijo.
La terapia cognitivo conductual es el primer tratamiento recomendado para el trastorno de acumulación compulsiva. Actualmente no existen medicamentos aprobados por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) para tratar el trastorno de acumulación compulsiva. Se utilizan medicamentos para tratar otras afecciones, como la ansiedad y la depresión, que suelen ocurrir junto con el trastorno de acumulación compulsiva. Los medicamentos de uso más común son un tipo de antidepresivo denominados inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS). Se siguen investigando las formas más eficaces de utilizar medicamentos en el tratamiento del trastorno de acumulación compulsiva.
Se le permitirá participar directamente en las decisiones sobre las ayudas sociales que recibe
El Tribunal Supremo aplica por primera vez la nueva ley de personas con discapacidad y devuelve a un hombre afectado por el síndrome de Diógenes su capacidad jurídica, lo que le permitirá participar directamente en las decisiones sobre las ayudas sociales que recibe.
Los jueces restauran la capacidad jurídica del afectado, un hombre de 68 años, para asumir derechos y obligaciones por si mismo , y sustituyen la tutela por la curatela, por lo que ya no necesitara que nadie le represente legalmente. Eso si, el pleno de lo Civil confirma las medidas de apoyo que se traducen en la asistencia para el orden y la limpieza de su domicilio, con designación como tutora de su comunidad autónoma (Principado de Asturias).
El pleno de la sala de lo civil del Tribunal Supremo ha dictado por primera vez una sentencia en la que aplica la reciente Ley 8/2021, de 2 de junio, que reforma la legislación civil y procesal para el apoyo a las personas con discapacidad en el ejercicio de su capacidad jurídica.
En el caso que resuelve, la persona interesada padece un trastorno de la personalidad, concretamente un trastorno de conducta (Síndrome de Diógenes) que le lleva a recoger y acumular basura de forma obsesiva, al tiempo que abandona su cuidado personal de higiene y alimentación.
En casos como el presente, dice el tribunal, en que existe una clara necesidad asistencial cuya ausencia está provocando un grave deterioro personal, una degradación que le impide el ejercicio de sus derechos y las necesarias relaciones con las personas de su entorno, principalmente sus vecinos, está justificada la adopción de las medidas asistenciales (proporcionadas a las necesidades y respetando la máxima autonomía de la persona), aún en contra de la voluntad del interesado, porque se entiende que el trastorno que provoca la situación de necesidad impide que esa persona tenga una conciencia clara de su situación.
El trastorno no sólo le provoca esa situación clara y objetivamente degradante como persona, sino que además le impide advertir su carácter patológico y la necesidad de ayuda.
El contenido de la curatela puede llegar a ser muy amplio, desde la simple y puntual asistencia para una actividad diaria, hasta la representación, en supuestos excepcionales. Es el juez quien debe precisar este contenido en la resolución que acuerde o modifique las medidas.
Tanto el Juzgado de Primera Instancia como la Audiencia Provincial, bajo la normativa anterior, acordaron, en primer lugar, la modificación de su capacidad y, en segundo lugar, una medida de apoyo consistente en la asistencia para el orden y la limpieza de su domicilio, con designación como tutora de la comunidad autónoma competente.
La Sala entiende que ese primer pronunciamiento, tras la reforma de la Ley 8/2021, debe suprimirse, ya que desaparece de la regulación legal cualquier declaración judicial de modificación de la capacidad.
El pleno considera que el trastorno de la personalidad que afecta al interesado incide directamente en el ejercicio de su capacidad jurídica, también en sus relaciones sociales y vecinales, y pone en evidencia la necesidad de las medidas de apoyo asistenciales acordadas.
Unas medidas que, con arreglo a la nueva ley, deben respetar la máxima autonomía de la persona, aun en contra de la voluntad del interesado, porque el trastorno que provoca la situación de necesidad impide que tenga una conciencia clara de su situación.
La principal diferencia entre tutela y curatela se encuentra en la capacidad de la persona. Mientras que la que está sujeta a tutela carece de capacidad y, por lo tanto, necesita una representación, el sometido a curatela es capaz y sólo requiere un complemento de capacidad.
Los jueces resaltan que "ha quedado acreditado que XXX padece un trastorno de la personalidad, un trastorno de conducta que le lleva a recoger y acumular basura de forma obsesiva, al tiempo que abandona su cuidado personal de higiene y alimentación.
El juzgado se hace eco de los informes del médico forense y los servicios sociales, que destacan, para hacerse cargo de la situación, la nula conciencia que XXX tiene del trastorno que padece y de sus consecuencias, en concreto, no se percata de las graves carencias de higiene y alimentación que tiene, así como del olor nauseabundo que desprende él y la casa, que se percibe en el descansillo del piso y en la entrada del inmueble.
Esta situación ha acabado por provocarle una situación de aislamiento social, incluso de sus vecinos y otrora amigos, que además padecen las consecuencias. Al margen del trastorno de conducta, no se aprecian sustancialmente afectadas sus facultades cognitivas".
Optar por una limpieza profesional en situaciones de síndrome de Diógenes es esencial para devolver la habitabilidad de la vivienda y proteger la salud de las personas implicadas.
Seguidamente, explicamos los peligros de la acumulación excesiva y las ventajas de contratar servicios de limpieza profesional.
La acumulación descontrolada de objetos y basura puede tener serias consecuencias, incluyendo:
Infestaciones: Insectos y Roedores
La acumulación de basura y alimentos en descomposición crea un ambiente ideal para la proliferación de plagas como insectos y roedores. Estos animales no solo representan una molestia, sino que también pueden transmitir enfermedades graves a través de sus excrementos, orina y mordeduras.
Contaminación: Patógenos y Bacterias
Un ambiente sucio y lleno de desechos orgánicos es un caldo de cultivo para patógenos y bacterias. Estos microorganismos pueden causar infecciones graves en los habitantes de la vivienda, incluyendo enfermedades respiratorias, infecciones cutáneas y enfermedades gastrointestinales. La exposición persistente a estos microorganismos eleva el riesgo de enfermedades crónicas y afecta negativamente la calidad de vida.
Problemas en la Estructura: Deterioro de la Vivienda
La acumulación de objetos pesados y basura puede causar daños estructurales a la vivienda. El peso excesivo compromete la integridad de pisos y techos, y la humedad junto con los residuos orgánicos pueden causar moho y podredumbre en las estructuras de madera. Estos problemas no solo afectan la seguridad del edificio, sino que también pueden requerir costosas reparaciones.
Optar por una limpieza profesional ofrece numerosos beneficios, tanto inmediatos como a largo plazo:
Restauración del espacio habitable
Una limpieza profesional permite la recuperación del espacio para vivir de manera segura y cómoda. Los profesionales de la limpieza de síndrome de Diógenes están preparados para abordar situaciones extremas, garantizando una limpieza completa y eficiente. Esto abarca la eliminación de todos los residuos, desinfección de superficies y restauración de áreas dañadas, devolviendo la funcionalidad y habitabilidad a la vivienda.
Mejora de la salud y bienestar
Eliminar patógenos y plagas es esencial para mejorar la salud de los ocupantes de la vivienda. Al limpiar y desinfectar adecuadamente, se eliminan los riesgos de infecciones y enfermedades relacionadas con la acumulación de basura. Asimismo, un ambiente limpio y ordenado contribuye de manera significativa al bienestar mental, disminuyendo el estrés y la ansiedad vinculados a vivir en condiciones insalubres.
Prevención de problemas futuros
La limpieza profesional no solo aborda el problema actual, sino que también incluye medidas preventivas para evitar que vuelva a ocurrir. Estas medidas pueden incluir asesoramiento sobre el mantenimiento del hogar, estrategias de organización y gestión de residuos, y apoyo psicológico para abordar los comportamientos subyacentes del síndrome de Diógenes.
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En nuestra empresa Limpiezas Especiales Figueres, nos especializamos en la limpieza de situaciones extremas como el síndrome de Diógenes. Ofrecemos los siguientes servicios:
Empleamos métodos avanzados para erradicar bacterias y hongos, asegurando un entorno seguro y saludable. Esto incluye el uso de productos específicos y maquinaria especializada. Nos aseguramos de que nuestros métodos eliminen todos los patógenos posibles, manteniendo su espacio libre de peligros biológicos.
Brindamos servicios de vaciado total o parcial, retirando muebles, enseres y desechos acumulados de acuerdo a lo requerido por el cliente. Nuestro equipo se encarga de todo el proceso, desde la clasificación de objetos hasta la disposición final, asegurando una gestión eficiente y respetuosa con el medio ambiente.
Reparamos suelos, muebles y paredes dañadas, devolviendo la funcionalidad y estética a la vivienda. Este servicio es crucial para devolver el hogar a un estado habitable y seguro.
Proporcionamos apoyo psicológico para las personas afectadas y sus familiares, ayudándoles a superar el trauma asociado al síndrome de Diógenes. Este soporte es vital para una recuperación completa y sostenible.
Proporcionamos soluciones a medida para cada cliente, asegurando que sus necesidades específicas sean atendidas de manera eficaz.
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Nuestro método de limpieza está creado para ser eficaz y eficiente, garantizando la eliminación de todos los riesgos involucrados.
Primera evaluación
Nuestro equipo realiza una evaluación detallada del riesgo y la extensión del problema antes de iniciar la limpieza. Esto incluye una inspección minuciosa para determinar el mejor enfoque.
Clasificación y eliminación de objetos
Seguimos un proceso estructurado de clasificación y eliminación para asegurar una limpieza eficiente y completa. Los objetos se clasifican en reutilizables y desechables, y se manejan según normativas de seguridad.
Limpieza y desinfección
Realizamos una limpieza a fondo de todas las superficies, desinfección de áreas contaminadas y eliminación de plagas. Esto incluye el uso de productos desinfectantes y maquinaria especializada.
Evaluación del riesgo y planificación
Clasificación de artículos
Eliminación de objetos voluminosos y basura
Limpieza exhaustiva y desinfección
Restauración y reparación
Rehabilitación final
Tras la limpieza, llevamos a cabo reformas y pintura para la rehabilitación total de la vivienda. Este paso garantiza que el espacio no solo esté limpio, sino también agradable y funcional.
Asesoramiento personalizado: Habla con nuestros expertos y encuentra la mejor solución para tu situación.
Soluciones Rápidas y Efectivas: Restaura tu hogar con nuestros servicios profesionales.
Garantía total en Expertos en limpieza de síndrome de Diógenes en Figueres !Contacta ahora¡Proceso de solicitud
Para obtener un presupuesto, puede rellenar nuestro formulario en línea y enviar fotos o videos de la vivienda para una evaluación precisa. Este método asegura una cotización rápida y exacta.
Asesoramiento y consulta
Ofrecemos consultas sin compromiso y asesoramiento sobre servicios sociales adicionales. Empresa experta en Expertos en limpieza de síndrome de Diógenes en Figueres Garantizado 100% Esto incluye orientación sobre recursos disponibles para apoyar a las personas afectadas.
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La limpieza profesional es esencial para garantizar la salud y el bienestar de las personas afectadas por el síndrome de Diógenes. Actuar de manera rápida es crucial para restaurar la habitabilidad del espacio y mejorar la calidad de vida de todos los involucrados.
Invitamos a los lectores a contactar con Limpiezas Especiales Figueres para obtener ayuda y un presupuesto personalizado. No esperes más para recuperar la habitabilidad y seguridad de tu hogar.
El tiempo necesario para limpiar una vivienda varía según el grado de acumulación y el tamaño de la vivienda. Puede llevar desde unos pocos días hasta varias semanas.
Se utilizan productos desinfectantes de alta calidad y maquinaria especializada, como aspiradoras industriales, limpiadoras de vapor, y equipos de protección personal para garantizar una limpieza efectiva y segura.
El costo del servicio varía dependiendo de la extensión de la acumulación, el tamaño de la vivienda y los servicios adicionales necesarios. Se recomienda solicitar un presupuesto gratuito y sin compromiso para obtener una estimación precisa.
Además de la limpieza, se pueden implementar estrategias de prevención como el asesoramiento psicológico, programas de apoyo continuo y planes de mantenimiento regular para evitar futuras acumulaciones.
Sí, muchas empresas de limpieza especializadas ofrecen apoyo psicológico y asesoramiento para los afectados y sus familiares, ayudándoles a superar el trauma asociado con el síndrome de Diógenes.
Puedes contactar a Limpiezas Especiales a través de su sitio web, llenando el formulario de contacto, o llamando directamente a su número de teléfono. También ofrecen consultas gratuitas y presupuestos sin compromiso para ayudarte a tomar una decisión informada.
Una empresa de limpieza profesional puede proporcionar servicios especializados para vaciar, limpiar, desinfectar y restaurar la vivienda afectada, garantizando un entorno seguro y saludable.
Generalmente, no es seguro para los residentes permanecer en la vivienda durante la limpieza debido a los riesgos sanitarios. Es recomendable que los residentes se alojen temporalmente en otro lugar mientras se realiza la limpieza.